Mientras los demás se preparaban para su proyección astral,
Chris y yo vigilábamos a todos, fuimos los últimos en viajar. Me metí en la
cama, con cierta angustia en el estomago, estaba preocupada.
- Tranquila, respira, todo saldrá bien. Dijo Chris mientras
apagaba la última luz y encendía una vela. – Tomate esto, te ayudara. Me dio un
pequeño frasco con un líquido turbio, torcí el gesto y rechace con la cabeza. –
Confía en mí. Insistió, yo resople y bebí aquel líquido, era dulzón, como
melaza, pero aquel color turbio no desaparecía de mi cabeza.
En seguida note como el sueño se apoderaba de mi, tendí la
mano a Chris y en cuestión de nada mi mente se oscureció y como un destello de
pronto estaba sobre uno de los tejados de la plaza, podía observar desde lo
alto a los demás, espalda contra espalda todos dentro del circulo más pequeño.
Chris estaba a mi lado, en su forma natural, buena en su forma natural humana,
no iba a mostrarse como un demonio para que lo vieran.
- Ya estamos todos. Dijo con seriedad mirando a un lado y a
otro. – Ya vienen. No parecía el, estaba más serio que de costumbre, mire mis
ropas, era yo, mi autentico yo, por un momento sonreí al notar mis trenzas. Un
chillido agudo me saco de mi atontamiento, habían atrapado a Shasha y el pánico
había invadido a los demás que miraban con desespero a la guardiana peleando
con aquella bestia. – Usa esto. Chris me tendió mi arco, aquel arco que tantos
quebraderos de cabeza me había dado, extendí mis alas dispuesta a usar una de
las plumas como flecha. – No. Me detuvo apretando la mano. – Es tu prueba,
demuéstrame lo que vales. Me mostro una flecha real, de madera negra de ébano,
con una punta fina y afilada de plata y plumas blancas como la nieve. – Deberás
apuntar bien o… acabaras matándola a ella, y no me repliques. Sentencio con una
mirada oscura y profunda.
Las manos me temblaban
y la angustia en mi estomago apretaba con fuerza, tense la cuerda
plateada del arco, cerré los ojos y respire profundamente, con la mirada fija
en la punta apunte a mi objetivo, aquella hiena, tense y tense el arco y deje
que la flecha se deslizara, rauda y veloz atravesó la cabeza de la hiena y esta
se desplomo sobre Shasha.
Me alegre de la buena puntería y salte desde el tejado
planeando ligeramente hasta aterrizar a escasos metros de ella.
- Me has… Shasha se deshizo del cadáver como pudo y se lanzo
a mis brazos. – ¿Carla? Sonreí ligeramente y ladee la cabeza. – En verdad es
Cyliam, pero sí, soy ella, soy yo, ambas somos la misma persona. La abrace con
fuerza y suspire aliviada al verla sana y salva.
- ¿¡Porque!? Kira señalaba mis alas con enfado e ira. Todos
se giraron para chistarla. Mi sonrisa entonces se volvió una burla hacia ella.
- ¿Crees que eres la única con habilidades? Siempre has querido ser el centro
de atención haciéndonos creer que éramos menos que tú, pero ya ves que no es así.
Me gire hacia Shasha y la invite a entrar al círculo de nuevo. – Creo que es
mejor que te quedes aquí, no debemos volver a correr más riesgo. Yo intentare
encargarme del resto.
Alce la mirada hacia el tejado donde Chris seguía observando
y pude vislumbrar una sonrisa llena de malicia en el, quizás estaba orgulloso
de mi o tal vez estaba disfrutando de la humillación de Kira.
Pronto comenzaron a arremolinarse a nuestro alrededor las
hienas, no fue difícil deshacerse de los primeros, aquellos demonios no eran
demasiado inteligentes, un par de bolas de fuego y un par de golpes con el
arco.
Pero en un despiste sentí que algo me agarraba la pierna, al
mirar abajo una de las hienas malheridas aun viva se había aferrado a mi
pierna, aullé mas de asco que de miedo y en un instante me encontré de espaldas
al suelo con unos afilados y amarillentos colmillos acercándose peligrosamente
a mí. Por un segundo el miedo me invadió, pero como por arte de magia un enorme
carámbano de hielo cruzo por encima mío atravesando la cabeza de aquella fiera,
aparte de una patada a la segunda que aun se afanaba por agarrarse a mi pierna,
a mi lado Shasha jadeaba aparentemente agotada debido al esfuerzo empleado en
crear aquel carámbano.
- ¿Yo he…? No parecía ser consciente aun de su logro, se la
veía enrojecida y algo asustada. Sonreí ampliamente y afirme con la cabeza. -
¿Ves como tú también puedes?
Un suave aroma a menta inundo el lugar acompañado de una
brisa fresca, Jal se veía más altivo que de costumbre, como emocionado. – Si
ella puede yo también. Muchas magias comenzaron a fluir entonces, vientos
cortantes tan afilados como la hoja de una espada, carámbanos y bolas de nieve
y por mi parte, bueno tenia preferencia por el fuego, pero de vez en cuando algún
rayo iluminaba el parque.
Estaba a punto de amanecer cuando la ultima hiena se
desplomo. Todos nos miramos aun con dudas. - ¿Ya se acabo? Pregunto Shasha aun
con dos bolas de nieve sobre sus manos, Jal hacia girar un pequeño tornado
sobre la palma de una de sus manos alerta de lo que pudiera pasar yo sin
embargo, miraba de lado a lado y aguzaba el oído atenta a cualquier extraño
sonido. – Eso parece. Arriesgue a contestar, justo antes de que una veloz hiena
me atrapara por el pelo usándome de escudo. – No os acerquéis. Dije en voz
alta. – Volved al círculo. Pero ellos no respondieron a mi orden, se quedaron
boquiabiertos mirándome y justo entonces sentí que la hiena tiraba con fuerza
de mi pelo para después desplomarse a mis espaldas.
Al girarme comprendí todo. Chris permanecía en pie con una
daga goteando miasma mientras que la hiena ahora exhalaba sus últimos alientos con la garganta
abierta dejando caer más miasma aun. Aquel olor tan caracterismo hizo que todos
nosotros comenzáramos a sentir nauseas y buscáramos un lugar donde la peste no
llegara.
- Ahora sí, ahora ya ha terminado todo. Dijo Chris y justo
en ese momento con el sol saliendo por el horizonte comenzaron a caer pequeños
y gráciles copos de nieve que brillaban como joyas con los primeros rayos del
sol. Corrí hasta Chris e inconscientemente lo abrace agradecida, me acababa de
salvar la vida y por su rostro pude adivinar que estaba satisfecho tras el show
que tres guardianes habíamos dado. – Habéis estado geniales. Salvo una persona.
Sus ojos se posaron en Kira que no había hecho nada de nada en todo el ataque más
que refunfuñar. – Incluso vosotros dos que pensabais que por ser humanos no
podríais ayudar lo habéis hecho, avisasteis a los guardianes por donde eran
atacados y les disteis tiempo de reaccionar. Creo que en algún momento seréis
un gran equipo siempre y cuando os veáis como sois ahora mismo, ya no necesitáis
una sacerdotisa que os menosprecie, vosotros habéis demostrado de lo mucho que
sois capaces. Chris me agarro de la mano y sonrió. – Y ahora creo que es hora
de volver a casa.
- ¿Podemos quedarnos a ver el amanecer? Nunca lo he visto y
con la nieve y un poco de magia puedo hacer que este sea el mejor amanecer de
la historia.
Shasha alzo las manos y de la nada comenzaron a formarse
estructuras de hielo en forma de arboles que se cubrieron con una esponjosa capa
de nieve blanca y fina. Hasta un camino de nieve se formo a nuestros pies y
poco a poco los copos que caían junto al amanecer formaron la imagen más bella
que unos ojos humanos pudieran ver.
A excepción de Kira, todos los demás nos quedamos para ver la
gran obra de Shasha. – Esto es precioso. Dije apretando la mano de Shasha. –
Gracias por este regalo. –Isi y Angie ambos humanos estaba disfrutando como
niños. – Somos increíbles, es cierto. Finalizo Jal y tras eso, todos suspiramos
aliviados y felices.
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