Traductor

jueves, 3 de septiembre de 2009

Plenilunio de plata

A la mañana siguiente, un sabado mas, o menos... Me levante y mire el tarro escondido con la sustancia biscosa, no habia un sueño y algo hacia por dentro que sintiera furia de ello.
Llame a Nacho y le conte lo sucedido, solo le falto gritar como un histerico.

- Ya calmate, estoy bien, esta tarde cuando quedemos te llevo el tarro, pero calmate.
- ¿Como voy a calmarme? Nos acaban de amenazar y tu estas tan tranquila.
- No puedo hacer otra cosa, la culpa es solo de Cristian si el no fuera tan cabezon nada de esto pasaria y lo sabes.
- Bueno, bueno, el no tiene la culpa.
- Si la tiene.
- Bueno, vale. Despues a la tarde buscaremos una solucion.
- Vale. Nos vemos.

Tras colgar el telefono lo unico que pude hacer es intentar pasar el dia de lo mas normal hasta la hora de quedar.
A las siete de la tarde sali de casa escondiendo el tarro en mi bolso.

- ¡¡Me voy!! No me espereis a cenar hoy ceno fuera.

Dije y sali de casa cerrando tras de mi sin esperar a mi padre, baje en el ascensor con una extraña sensacion en el estomago, esa en la que te hace sentir que algo no va bien.
Cuando sali a la calle aspire el olor de esta, parecia tranquilo aunque llevaba una esencia diferente, una advertencia. Camine tranquila mirando curiosa la calle, sentia que algo estaba vigilandome, una de dos o me estaba volviendo paranoica o realmente Mazenda nos estaba espiando, mire el cielo despejado carmesi, pronto anocheceria y ya sobre el cielo se veia la luna llena, por un momento me quede hipnotizada mirandola, siempre habia sentido que la luna y yo teniamos alguna conexion y ademas siempre me tranquilizaba mirarla, de repente un az de luz cruzo por mi mirada, mire a todas partes, las farolas acababan de encenderse pero eso no habia sido el haz, habia sido una especie de rayo muy veloz, me estremeci y camine hacia el parque, la noche llegaba a cada minuto que pasaba y me senti aun mas estremecida, el invierno frio y la noche... poco a poco la luna brillaba con todo su explendor, mire las casas del barrio donde vivia, se veian mas oscuras que de costumbre.
Salte asustada y abraze el bolso contra mi, eso no era mas oscuro no, habia sido una sombra, una sombra que habia cruzado todo el muro de esa casa, trague saliva nerviosa, ¿que cojones estaba pasando? Senti un frio helado y mas oscuridad, mire las farolas, un par de ellas parpadeaban y de ellas saltaban pequeños rayos negros de una a otra.
No podia sentir mas miedo, era imposible, sombras, rayos negros, frio, esa sensacion paranoica, algo malo estaba a punto de pasar y yo estaba sola, corri hacia el parque, alli habiamos quedado, ¿pero que? Mire el reloj, las 20:10 y Nacho no estaba alli, ni Shasha, ni Jal, ni Isi, estaba sola, completamente sola.
Mire el parque, las farolas parpadeaban y un viento extraño soplaba, no era ni frio ni calido, simplemente un aire que movia mis cabellos, en el centro del parque la farola central lucia normal e incluso podria decir que con mas intensidad.
Me acerque a los columpios e intente mantener la calma, dentro de poco llegaria Nacho y entonces no tendria porque temer, solo estaba un poco nerviosa, nada malo iba a pasar.
Grite con toda mi alma y salte del columpio.

- ¡Joder Nacho! Avisa la proxima vez leches que estoy suceptible.
- Culpa mia, no debimos quedar aqui, pero cuando te llame ya no estabas y vine corriendo a buscarte.
- ¿Y porque tu culpa?
- Vamos mujer, no estas suceptible, sabes lo que se cuece aqui, estoy seguro de que los has visto y sentido, ya sabes a los demonios.

Caye y afirme con la cabeza, aun seguia apretando el bolso contra mi pero ya me sentia mas calmada.

- Hoy es plenilunio de plata, normalmente tanto en luna llena como en luna nueva la puerta al Bajo Astral y al Espectral se abren al maximo dejando que demonios y espiritus corrompidos entren al plano fisico, pero el plenilunio aun se abre mas, y resulta que tu parque es una puerta directa con esos planos, por eso vine a buscarte corriendo, porque tenia miedo de que Mazenda o cualquier otro apareciese.
- Pues vamonos antes de que aparezcan.

Dicho eso nos fuimos al parque que habia tras su casa, Cristian tambien habia ido, claro seguro que le habian dicho lo de la prueba que tenia para demostrar que todo era cierto y si no creia en ello estabamos perdidos, aunque algo dentro de mi me decia que hoy todos creerian.

No hay comentarios:

Publicar un comentario