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viernes, 23 de noviembre de 2012

Farkon

El se alejo de mi a pasos lentos, sin dejar de clavar su mirada en la mía  como si quisiera desafiarme a un duelo, entonces de su mano salio una bola de fuego y al instante esta se dirigió a mi a toda velocidad, pero la evite con suma facilidad, tras eso mas bolas de fuego comenzaron a venir hacia mi, aunque mas pequeñas, yo corría de lado a lado esquivándolas todas, casi no necesitaba mirarlas, algo dentro de mi me decía por que lado venían y mientras tanto yo mantenía mi mirada fijada en su mano de la cual seguían saliendo bolas de fuego.

El se detuvo, y rió  su risa resonó entre el bosque tras de mi y de cuatro de sus dedos nacieron pequeñas llamas de fuego. - Buscad. Susurro el, pero lo entendí perfectamente, inmediatamente aquellas llamas comenzaron a seguirme, yo corría manteniendo distancia con ellas pero me seguían allá a donde fuera, salte encaramándome a un árbol, me moví con ligereza entre las ramas pero me seguían.

Aun así, nunca llegaron a alcanzarme, al final el fuego se extinguió solo y yo sonreí victoriosa. - ¿Eso es todo lo que tienes para mi? Pregunte mientras saltaba desde una rama al suelo, mis sentidos estaban alerta, me sentía ágil y veloz. Por lo visto estar en el bajo astral, daba a las brujas como yo ciertos dones, o mas bien, descubrían el interior de las brujas.

Pero el volvió a atacarme, esta vez un combate cuerpo a cuerpo, conseguí esquivar varios puñetazos y también varias patadas, por el contrario el no podía esquivar todos mis golpes, quizás era mas lento que yo, incluso me atrevería a pensar que era mucho mas débil.
Lance un puñetazo a su hombro y sentí el calor que desprendía su cuerpo al golpear mi puño contra el, escuche un gruñido y de pronto el me jalo del pelo haciendo que yo soltara un alarido.
Estaba arrodillada en el suelo aferrada a su muñeca para evitar que tirara mas fuerte de mi pelo, el me levanto del suelo con facilidad, como si yo no pesara nada. - Solo eres una estúpida humana, lo de antes no fue mas que un divertimento, pero ahora, te haré llorar de verdad. Y dicho eso tiro de mi pelo lanzándome hacia atrás  yo caí de espaldas, algo desconcertada y dolorida, pero me levante, aunque no lo suficientemente rápido  a penas acababa de ponerme en pie cuando sentí una fuerte patada en la boca del estomago que me dejo sin respiración.

Y entonces me desperté  sudorosa y agitada sobre mi cama, agarrándome el pecho con una mano mientras que la otra se aferraba con fuerza a mi cama.
Me levante de un salto, encendí las luces y levante mi camiseta, ahora tenia una marca blanquecina con forma de bota sobre mi estomago.
Por un momento había pensado que solo era un sueño, pero tenia aquella marca y sentía ganas de vomitar.

El resto de la noche, dormí con miedo de volver a encontrarlo, pero el no volvió a aparecer, ni tampoco el bajo astral.

Tenia que contarle a Nacho lo sucedido aquella noche, por suerte habíamos quedado por la tarde en su casa, intentaría buscar un momento para hablar con el a solas y contarle todo, no estaba segura de que fuera buena idea, pero aun así sentía que debía hacerlo.
Ya por la tarde nos reunimos todos en casa de Nacho, pasamos la tarde hablando y jugando, pero llego un momento en el que yo misma me sentía mal por fingir que me lo estaba pasando bien, así que le agarre del brazo y me lo lleve al baño para hablar con el.

- Anoche tuve un sueño muy raro, o una experiencia, llámalo como quieras. Le conté todo lo que había pasado, la paliza que me había pegado aquel demonio. - Es un sueño nada mas. Respondió el sin darle importancia.
Me levante el jersey y le mostré la marca de la patada que aun era visible. - ¿Esto es un sueño para ti? ¿Porque debo creerme yo que nos persiguen demonios si no los he visto y tu no me crees lo que te estoy diciendo? El nunca me contesto, simplemente me ignoro, eso fue para mi la gota que colmo mi vaso, yo había estado dando todo por el y, ¿para que? ahora me ignoraba, justo cuando yo lo necesitaba el pasaba de mi.

Cuando nos fuimos de su casa, no quise comentar nada, me sentía molesta, y entonces recordé las palabras de Yurka, quizás el tenia razón cuando dijo lo que dijo, quizás mis viajes al bajo astral era una señal de cual era mi sitio.
Esa misma noche volví al bajo atrás con aquel demonio, pero esta vez me encontré en aquel castillo que vi la noche anterior, pude observar otra perspectiva del lago, en este lado también había un pequeño embarcadero, me senté allí, sola esperando que alguien me dijera algo.
- Me llamo Farkon. Bienvenida. Contesto aquel demonio sentándose a mi lado manteniendo las distancias. - ¿Tu conociste a Yurka verdad? Pregunte abrazándome las rodillas.
- Si, el nos dijo que debíamos buscarte.
- ¿ Debíamos? ¿Quien además de ti me ha buscado?
- Yo y mi familia. Ya los conocerás  no tengas prisa. A partir de ahora eres nuestra protegida. Acompáñame  te enseñare esto. Dijo Farkon tendiéndome la mano para que lo siguiera.

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