Traductor

domingo, 25 de noviembre de 2012

Te haré mia

No pude reaccionar a tiempo, Farkon estaba arrinconan dome contra el cabecero de la cama, había atrapado mis muñecas y atrapado mis piernas bajo el inmovilizándome.
Sus labios sobre mi cuello me besaban con lujuria y poder, y yo temblaba asustada sin atreverme a huir.
El comenzó a reírse y yo armándome de valor comenzó a revolverme para huir de el.

- ¿De verdad crees que puedes huir de mi ahora mismo? Dijo seriamente antes de tirar de mis muñecas tumbándome sobre aquella cama atrapándome aun mas si cabía.
Tenia mis manos atrapadas sobre mi cabeza, y el solo había necesitado una mano para inmovilizarme, agarro mi mentón con la mano libre y sonrió  - No sabes absolutamente nada sobre los demonios, jamas debiste haberte fiado de mi.

- Pero tu dijiste... Comencé a gritar cuando el puso un dedo sobre mis labios silenciandome. - Nosotros decimos muchas cosas.
Parecía estar disfrutando con mi sufrimiento, pero claro era normal, era un maldito demonio y yo una estúpida por haberme fiado de el. - ¿Que vas a hacer conmigo? Pregunte revolviéndome bajo su peso intentando escaparme. - La verdad, tengo muchas cosas en mente, y tenerte así  intimidada por mi, es una de ellas, pero también quiero disfrutarte, disfrutar de ti, uno no tiene a una guardiana todos los días para poder cumplir sus deseos mas perversos.

- Suéltame  no quiero que me toques. Grite revolviéndome aun mas e intentando morderle el brazo para que me soltara.
Pero eso solo empeoro las cosas cuando me cruzo la cara de un bofetón haciendo que me aquejara del dolor causado. Ahora se le veía enfadado, tanto que se levanto agarrándome del pelo y arrastrándome frente a un espejo. - ¿No quieres que te toque, pero vienes así vestida al bajo astral?
Entonces me mire al espejo agarrada a su brazo para evitar mas tirones de pelo, me horrorice al verme en aquel espejo, a penas llevaba ropa, unas botas planas que llegaban hasta mis rodillas, blancas y atadas con varias hebillas, pero eso no era lo sorprendente, llevaba un mini short vaquero que no cubría casi nada y eso por no mencionar el top que cubría tan solo mi pecho de color blanco. - ¿Porque estoy así?

De nuevo me lanzo contra la cama y se puso encima mio, estaba entre mis piernas pero esta vez no me había  cogido por las muñecas. - Aquí todo es diferente, tus mas íntimos pensamientos se hacen realidad, aquí eres una guardiana, no la humana, has visto tu reflejo, no eres la misma mujer, eres hermosa, delgada, atractiva y quieres verte con esa ropa que no te atreverías a llevar en tu plano, aquí eres libre de las cadenas que os atan a los humanos, eres tu, en tu verdadero ser. Deseas sentirte una autentica mujer.
Las manos de Farkon comenzaron a acariciar mis brazos y mi vientre, sentía una electricidad a cada pasada de sus manos sobre mi piel que me hacían enloquecer y me excitaban. - Di la verdad, ¿no estas deseando que te bese y te abrace y te convierta en una mujer?

Abrí los ojos de par en par y le mire asustada, ¿ había dicho lo que creo que había dicho? El comenzó a reírse a pleno pulmón  - ¿Pensaste que no me daría cuenta de lo pura e inocente que eres, de que tu cuerpo aun no esta mancillado por ningún hombre?

Lo abofetee y me encogí asustada entre lloros. - Aléjate de mi, no quiero que me toques, no pienso dejar que me hagas... Llore acurrucándome sobre mi misma. - ¿Que te haga el que? Te daré un placer que ningún humano jamas podrá darte, te llenare de mi esencia, seras una mujer afortunada por ello. Dijo tumbándose a mi lado rodeándome con sus brazos y llevándome hacia el en una serie de caricias y besos delicados. De nuevo de espaldas a la cama, con mis brazos atrapados el me beso con una ternura impropia de un demonio, parecía un experto en las artes amatorias.

- ¡No! Ladre saltando de la cama y huyendo hacia la puerta. - Déjame salir de aquí, abre esta puerta.
Y de nuevo cazada por aquella bestia que me atrapaba contra la puerta sin dejar de acariciarme y besarme a pesar de mis constantes negaciones. - Da igual lo mucho que te resistas porque al final te haré mía.

No supe que paso después  solo que sentí un golpe en mi estomago, que todo se volvió oscuro y que todo el miedo y la excitación del momento desapareció.

No hay comentarios:

Publicar un comentario